La poesía de Yolanda Castaño
Concibo la poesía como el lenguaje más íntimo, poliédrico y, a la vez, exacto, abierto y sutil, con el que puedo expresarme, aprender a conocerme y a comunicarme con los demás.
Un poema puede y debe ser recitado, cantado, escrito, proyectado, filmado, esculpido, bordado, gritado, publicado, reproducido y, antes de todo eso, vivido.
Yolanda Castaño (Santiago de Compostela, 1977). Es una de las jóvenes poetas gallegas que se dio a conocer a mediados de los 90, en sus versos habla del amor y del erotismo con una voz de mujer que busca su propia identidad y con un discurso innovador en cuanto al lenguaje.
Su obra poética figura en revistas como Clave Orión, Dorna, Festa da Palabra Silenciada ó A Xanela. Sus primeras obras se editan vinculadas a dos de los premios más importantes de la década de los noventa: el Fermín Bouza Brey por Elevar as pálpebras (Elevar los párpados, 1995) y el Johán Carballeira por Vivimos no ciclo das erofanías (1998, y que ha sido también Premio de la Crítica española). Delicia (1998), Edénica (2000) -antología en la que ella misma canta algunos de sus poemas- y O libro da egoísta (2003) completan el corpus de esta autora. La publicación en edición bilingüe (gallego-castellano) de su último poemario, Libro de la egoísta (Visor, 2006), hizo que se conociera más su poesía, situándose como un referente de modernidad y renovación. Premio Ojo crítico de poesía 2009 por la versión castellana del poemario Profundidades de campo (Espiral Maior).
ARTE DA ANÉMONA
Non pensa en ningún príncipe a princesa.
O sol ergueuse polo oeste e péchanse tódalas chagas.
Arte da anémona: errar e traslucir a mímese,
un doado e hostil recoñecerse.
No meu expedicionario corazón non teño almea.
Nin vereas, nin ruinas que acariciarme.
Pero hoxe o sol ergueuse polo oeste
e eu conto de memoria os trazos da paraxe.
Nada hai en min que non vaia presentir cando me ocupe.
Sopro anterior a todo e nunca antes.
Galería de Damas: suicídase esa imaxe.
Todo o que a miña cabeza podía saber de min.
Conxuga ese verbo intransitivo; transita sen pés por esta onda.
Presaxia esta anémona: abrirse a cada araxe
inédita á vez e parte da miña pel.
Que cada esforzosamente trepada certeza se me mate.
Que me sorprenda o escuro.
O inevitable misterio da súa anémona.
O sangue xa velado no teu pulso.
***
ARTE DE ANÉMONA
No piensa en ningún príncipe la princesa.
El sol se ha alzado por el oeste y se cierran todas las llagas.
Arte de la anémona: errar y translucir la mímesis,
un fácil y hostil reconocerse.
En mi expedicionario corazón no tengo almena.
Ni veredas, ni ruinas que acariciarme.
Pero hoy el sol se ha alzado por el oeste
y yo cuento de memoria los trazos del paraje.
Nada hay en mí que no vaya a presentir cuando me ocupe.
Soplo anterior a todo y nunca antes.
Galería de Damas: se suicida esa imagen.
Todo lo que pudiera mi cabeza saber de mí.
Conjuga ese verbo intransitivo; transita sin pies por esta onda.
Presagia esta anémona: abrirse a cada brisa
inédita a la vez y parte de mi piel.
Que cada esforzadamente trepada certeza se me mate.
Que me sorprenda lo oscuro.
El inevitable misterio de su anémona.
La sangre ya velada en nuestros pulsos.
Non pensa en ningún príncipe a princesa.
O sol ergueuse polo oeste e péchanse tódalas chagas.
Arte da anémona: errar e traslucir a mímese,
un doado e hostil recoñecerse.
No meu expedicionario corazón non teño almea.
Nin vereas, nin ruinas que acariciarme.
Pero hoxe o sol ergueuse polo oeste
e eu conto de memoria os trazos da paraxe.
Nada hai en min que non vaia presentir cando me ocupe.
Sopro anterior a todo e nunca antes.
Galería de Damas: suicídase esa imaxe.
Todo o que a miña cabeza podía saber de min.
Conxuga ese verbo intransitivo; transita sen pés por esta onda.
Presaxia esta anémona: abrirse a cada araxe
inédita á vez e parte da miña pel.
Que cada esforzosamente trepada certeza se me mate.
Que me sorprenda o escuro.
O inevitable misterio da súa anémona.
O sangue xa velado no teu pulso.
***
ARTE DE ANÉMONA
No piensa en ningún príncipe la princesa.
El sol se ha alzado por el oeste y se cierran todas las llagas.
Arte de la anémona: errar y translucir la mímesis,
un fácil y hostil reconocerse.
En mi expedicionario corazón no tengo almena.
Ni veredas, ni ruinas que acariciarme.
Pero hoy el sol se ha alzado por el oeste
y yo cuento de memoria los trazos del paraje.
Nada hay en mí que no vaya a presentir cuando me ocupe.
Soplo anterior a todo y nunca antes.
Galería de Damas: se suicida esa imagen.
Todo lo que pudiera mi cabeza saber de mí.
Conjuga ese verbo intransitivo; transita sin pies por esta onda.
Presagia esta anémona: abrirse a cada brisa
inédita a la vez y parte de mi piel.
Que cada esforzadamente trepada certeza se me mate.
Que me sorprenda lo oscuro.
El inevitable misterio de su anémona.
La sangre ya velada en nuestros pulsos.
Web oficial de Yolanda Castaño
0 comentarios :
Publicar un comentario