La mujer habitada. Gioconda Belli
La historia de La mujer habitada se desarrolla en Faguas, un lugar imaginario de Latinoamérica, quizás Nicaragua o cualquier otra ciudad. La novela comienza con el primer día de trabajo de Lavinia Alarcón como arquitecta. Lavinia vuelve a casa cansada y decepcionada por el trato que ha recibido de sus colegas. Está instalada en una vivienda que ha heredado de su tía Inés. Es un viejo caserón que ella ha remodelado y modernizado y en cuyo patio ha conservado un viejo naranjo del que se ha apoderado el espíritu de Itzá. Itzá (Gota de Rocío) mujer indígena, observa la llegada de Lavinia y medita sobre el hecho de que en la actualidad las mujeres no parecen subordinadas sino "personas principales" ya que hasta tienen servidumbre para las labores domésticas mientras ellas van a ocupar el espacio tradicionalmente reservado para los hombres.
Las vidas de ambas mujeres comienzan a entramarse sutilmente. Itzá observa con atención los acontecimientos de la vida diaria de Lavinia que ha iniciado una relación con su colega Felipe Iturbe. Felipe es miembro del Movimiento de Liberación Nacional y milita en el ala no clandestina. Él será quien ponga en contacto a Lavinia con un mundo desconocido. A partir de este momento su universo se abre y conoce otra realidad con la que se compromete firmemente.
La novela aunque combina el plano mágico y el real se inclina hacia este último debido a la intensidad descriptiva. Reconocemos con facilidad acontecimientos históricos relacionados con las luchas populares y movimientos de liberación en la Nicaragua de Somoza.
El libro es muy recomendable con una protagonista muy cercana al lector debido a su humanidad.
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