viernes, 7 de enero de 2011

Sunset Park


La novela es una colaboración a partes iguales entre el escritor y el lector, y constituye el único lugar del mundo donde dos extraños pueden encontrarse en condiciones de absoluta intimidad. Me he pasado la vida entablando conversación con gente que nunca he visto, con personas que jamás conoceré, y así espero seguir hasta el día en que exhale mi último aliento. P Auster




Sunset Park ( Anagrama, 2010) es la décimo séptima novela de Auster, cuya carrera se inició en 1976 con Jugada de presión.

Sunset Park transcurre en Nueva York, Auster se vale de varios narradores en tercera persona para contar la trama que gira en torno de la decisión de Miles Heller de abandonar su casa y a su familia. Este joven atractivo e inteligente se va a Florida donde trabaja vaciando viviendas de familias desahuciadas que en plena crisis no pudieron seguir pagando su hipoteca . La novela refleja de la vida de unos personajes del barrio de Sunset Park durante la crisis económica del año 2008. Brooklyn es el lugar donde los personajes convergen, Miles Heller regresa a Nueva York y se instala en la casa ocupada inicialmente por su amigo Bing Nathan y otros “okupas”, jóvenes inadaptados, antihéroes que luchan por sobrevivir en una sociedad en crisis. Miles ha regresado debido a un giro de circunstancias pero vuelve a escapar, esta vez por una amenaza real de ser denunciado a la policía por convivir con una chica de 17 años.

Se llama Pilar Sanchez, y la conoció seis meses atrás en un parque, un encuentro puramente casual a última hora de la tarde de un día de mediados de mayo, el encuentro más inverosímil que quepa imaginar. Ella sentada en el césped, leyendo un libro, y él también sobre la hierba con otro libro en la mano, que por casualidad era el mismo que ella tenía, en la misma edición de bolsillo, con idéntica portada, El gran Gatsby, que él leía por tercera vez desde que su padre se lo regaló al cumplir dieciséis años. Llevaba allí veinte o treinta minutos, enfrascado en la lectura y por tanto ajeno a todo lo que le rodeaba, cuando oyó que alguien reía. Se volvió, y en aquella primera y fatal visión, mientras ella le sonreía allí sentada señalando el título de su libro, él calculó que aún no había cumplido los dieciséis, sólo una niña, en realidad, y de poca estatura además, una adolescente menuda que llevaba vaqueros muy cortos y ajustados, sandalias, y una brevísima camiseta, el mismo atuendo de cualquier otra chica medianamente atractiva de la parte baja de aquella Florida destellante de sol. Casi una criatura, dijo para sí, y sin embargo ahí estaba con los tersos miembros desnudos y un rostro despierto y sonriente, y él, que rara vez sonríe a nada o a nadie, la miró a los ojos negros y vivaces y le devolvió la sonrisa.




Una novela brillante, donde Auster vuelve a mostrar su extraordinario talento y un gran dominio del lenguaje. Nos hace vibrar con las pequeñas historias, con lo fascinante de la vida humana, sus infiernos y sus paraísos.

Después de acabar este libro espero ansiosamente que Auster me cuente otra historia, y la siguiente, y otra más porque esta conversación ha estado llena de emociones.




1 comentarios :

Josefina 2 de febrero de 2011, 14:56  

Yo no he leído el libro, pero después de visitar esta entrada, no voy a tener más remedio que hacerlo.
Y, por cierto, con muchas ganas.


Cubrí con flores
Aquella caligrafía
De trazos rectos.

Unas gotas de luna
Cayeron en mi mano,
Los vientos húmedos
Acercaron el perfil del silencio
Hasta mi rostro.
El espacio vacío
Se llenó con los sueños,
La ausencia
Vagó en la quietud
Del amanecer,
Y encontré indicios
En la voz del aire.

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