lunes, 31 de agosto de 2009

La caza del carnero salvaje. Haruki Murakami



Un joven publicista treintañero, divorciado y que vive una vida anodina, recibe un día una extraña visita. Su empresa ha publicado un artículo que se ilustra con una fotografía en donde aparecen un grupo de carneros pastando en un valle. Lo que en un principio parece ser una foto sin importancia, resulta ser una amenaza para su estabilidad, la de su empresa y la de su propia vida. Este protagonista anónimo debe encontrar el carnero que aparece en la fotografía con una estrella en el lomo. En esta búsqueda lo acompañará la que es su amante, una joven sin ninguna belleza aparente pero que ejerce un gran magnetismo sobre los demás porque posee unas orejas de una belleza tan extraordinaria que debe llevarlas ocultas. Deberán buscar la pista de El Ratón, quien le envió la foto de los carneros, y amigo del protagonista Éste lleva años en paradero desconocido huyendo no se sabe de qué o de quién.

Novela amena y muy recomendable en la que el lector, junto con el protagonista, narrador anónimo, se interna en la búsqueda del carnero mítico que, cuando es mirado por alguien a quien él elige, posee al espectador. Un carnero que, dice la leyenda, se apoderó de Gengis Khan.

A la brillante narración se unen unas geniales descripciones, ya sea de una estación de trenes, un paisaje nevado, unas orejas magníficas o un gato decrépito, que superan a cualquier imagen. Los escenarios descritos en el libro son tan tangibles, que podemos recrearlos en la mente con una gran facilidad. Muy interesantes resultan sus reflexione sobre la cultura contemporánea.

Murakami vuelve a presentarnos en La caza del carnero salvaje un mundo onírico, distinto al mundo real pero tan real como éste. El libro empieza con tintes de novela policíaca y más tarde pasa al género fantástico y surrealista. Desde las primeras páginas engancha con un estilo muy atractivo y el final de la novela es fantástico.

La caza del carnero salvaje es la culminación de la trilogía compuesta por Escucha al viento cantar y Pinball 1.973 en las que se nos presenta al narrador anónimo y a su amigo Ratón.



El hecho que yo utilizara la foto de los carneros en un anuncio para aquella revista, si se mira desde el punto de vista a), es fruto del azar, pero si se mira desde el punto de vista b), no lo es.


a) Yo andaba buscando una fotografía adecuada para aquel anuncio. En el cajón de mi mesa de trabajo, por azar, había una foto de carneros. Así que la usé. Una armoniosa obra del azar en un mundo lleno de armonía.


b) La fotografía de los carneros estaba esperándome desde hacía tiempo dentro del cajón de mi mesa de trabajo. Aunque no la hubiese usado para aquel anuncio en aquella revista, un día u otro la habría aprovechado para algún trabajo.


La caza del carnero salvaje

domingo, 30 de agosto de 2009

Mapa de los sonidos de Tokio. Isabel Coixet



Mapa de los sonidos de Tokio es una historia narrada desde la voz de un anciano japonés, Min Tanaka, enamorado platónicamente de una joven enigmática que esconde un secreto, su profesión; que le agrada comer mochis de fresa e ir al cementerio Aoyama a limpiar lápidas los domingos. Min Tanaka es un técnico de sonido que está seducido por la forma en que Ryu hace ruido sorbiendo el ramen. A los dos amigos les gusta disfrutar del silencio. La joven, que trabaja en el mercado del pescado de Tokio y esporádicamente es asesina a sueldo es contrada por el presidente de una importante empresa para matar a David, culpable de la muerte por suicidio de su única hija, Midori. Pero Ryu se enamora de su víctima, un catalán que regenta una tienda de vinos españoles e inicia una relación amorosa.

La primera escena de la película es la de mayor fuerrza de todo el film, arranca en un restaurante japonés con mujeres desnudas, tendidas sobre largas mesas y cubiertas de sushi, alrededor de las mesas hombres de negocios, y entre ellos está el señor Nagara que recibe la noticia del suicidio de su hija Midori. Poco después, la película se va haciendo lenta, a veces demasiado, y va perdiendo encanto.

Lo que resulta más atractivo de esta película son los sonidos y los silencios, que adquieren mucha importancia durante toda la historia, aunque no llegan a ser determinantes, y la fotografía con imágenes deslumbrantes. Lo menos logrado son los diálogos, carecen fuerza.

Una película interesante, con una buena interpretación de Rinko Kikuchi. Aunque esperaba bastante más de esta cineasta catalana que ocupa un lugar destacado en la vanguardia contemporánea internacional.

Aprovechando el estreno de la película estos días ha salido a la venta la novela con el mismo título publicada por Tusquest y escrita por Isabel Coixet en que está basado el film. Según el editor en Mapa de los sonidos de Tokio se dan cita los ambientes oscuros del cineasta Wai Wong Kar y los personajes solitarios del escritor Haruki Murakami, los dos autores que más han influenciado a la directora catalana.







Os dejo la opinión de Isabel Coixet sobre su séptimo largometraje.

Las películas, como las melodías o los poemas nacen de extraños encuentros, de asociaciones a menudo incongruentes pero siempre mágicas.
En el caso de Mapa de los sonidos de Tokio, la historia se me apareció (no quiero sonar como una iluminada, pero no se me ocurre mejor forma de expresarlo) en el mercado de pescado de Tsukiji en Tokio. Imagino que el olor de atún fresco y algas y ostras, los gritos de los subasteros, el fragor de los miles de cajas siendo arrastradas y la peculiar luz de los fluorescentes a las cuatro de la mañana, tuvieron mucho que ver. O quizás tuvo que ver, el desayuno de sopa de miso y makis de anguila. O el rostro pétreo de una chica, que manejaba con destreza una manguera y que se negó enérgicamente, con una decisión poco habitual en Japón, a ser fotografiada por mí.
Pero, recuerdo que, en el metro, lleno a rebosar, volviendo soñolienta al hotel, después de haberme levantado a las tres de la mañana para ver la subasta de pescado, no dejaba de pensar en esa chica y en el porqué de su negativa. Pensaba en sus botas de agua chapoteando entre el hielo deshecho y la sangre de los atunes recién cortados. Y al cerrar los ojos y oír la voz casi infantil de la locutora que anunciaba la próxima parada en la estación de Shinjuku, supe que iba a contar la historia de una mujer con una doble vida: una mujer dura, solitaria, misteriosa, herida. Que trabaja en el mercado del pescado, limpiando y cargando cajas y recibe esporádicamente encargos como asesina a sueldo. Y la de un hombre, obsesionado por los sonidos, que ama en silencio a esa mujer, aún sabiendo que todo lo que va a obtener de ella es el sonido de su respiración, el ruido de sus tacones en un callejón solitario y sus conversaciones y encuentros con un hombre de origen español, por el que ella siente una atracción que pone en cuestión la vida solitaria que ha llevado hasta entonces.
A esta idea inicial ("iluminación" o como quieran llamarla) se unió la trama de un hombre que no puede resistir la pérdida de su hija y que busca ciegamente una venganza que se revelará trágica.
Así nació "Mapa de los sonidos de Tokio".
También de mi fascinación por la cultura japonesa contemporánea, por la atmósfera de las novelas de Haruki Murakami y Banana Yoshimoto, por mi confesa adicción al wasabi y por la vibración casi material que emite la ciudad de Tokio durante la noche: una mezcla de expectación, misterio, sombra y dulzura que deja una huella imborrable.
La banda sonora de mis películas es para mí, un protagonista más, como la luz, el paisaje, los movimientos de cámara o el trabajo de los actores. En "Mapa de sonidos de Tokio", no hay una banda sonora al uso, sino una colección de canciones que acompañan a los personajes en los momentos de pasión, de soledad, de alegría, de melancolía y de dolor. Es una banda sonora terriblemente ecléctica con canciones interpretadas desde Misora Hibari, (un mito de la canción japonesa "genka"), Max Richter, el dúo holandés "Kraak & Smaak" hasta la bellísima "One dove" incluida en el último disco de Antony & the Johnsons.

Isabel Coixet

jueves, 27 de agosto de 2009

La reina en el palacio de las corrientes de aire



La tercera novela del ciclo Millennium inaugurado por Los hombres que no amaban a las mujeres, gira sobre la injerencia de la KGB en el terrorismo de estado europeo.

En La reina en el palacio de las corrientes de aire, Mikael Blomkvist descubre que los servicios de inteligencia suecos han contratado a siniestros desertores de la KGB (la contovertida policía secreta rusa) para vigilar, secuestrar y hacer desaparecer a militantes y sindicalistas. Mikael intentará por todos los medios, sentar a sus integrantes en el banquillo de los acusados, y arriesgando su vida, utilizará todos sus recursos para desenmascarar la miseria que se esconde detrás del Estado de Bienestar sueco. Lisbeth le ayudará desde el hospital, a desenmascarar al grupo de asesinos de La Sección que está dirigido por su padre, Zalanchenko es quizá uno de los personajes más malvados y que más daño le han hecho, sin olvidar a su hermanastro el psicópata Ronald Niedermann.

El personaje mejor trazado sigue siendo el de Salander, joven atípica y marginal, aunque maltratada no se siente una víctima, sino que se comporta como una mujer dura, sin remordimientos. Su rebeldia tiene como objetivo que los malvados no salgan ilesos y que paguen por sus atrocidades. Pretende ajustar cuentas con el pasado sin importarle el presente. El peso de la narración en este tercer libro lo comparte con Mikael Blomkvist y en menor medida en Erika Berger, pero yo me quedo con Lisbeth que ya desde la primera novela me fascinó.

Larsson sitúa al inicio de cada parte una breve historia de las mujeres en el campo de la guerra. Aunque no hay muchos datos, la historia nos habla de amazonas con un pecho amputado para manejar el arco con más eficacia e incluso de un ejército de mujeres que repudiaban el matrimonio por considerarlo una forma de sumisión.

El tema de la mujer preocupa a Larsson y quiere denunciar como periodista la indefensión y los abusos que sufren muchas mujeres. En Millennium ha querido monstrar la violencia que se ejerce contra las mujeres en todas sus variantes y lo ha conseguido de una manera eficaz.

El libro es entretenido y de lectura muy agradable, es decir, sigue en la misma línea que los anteriores, pero es el que más me ha enganchado de la trilogía.

sábado, 22 de agosto de 2009

Poemas a la noche. Rilke



MIRA CÓMO LOS ÁNGELES...

Mira cómo los ángeles
a través del espacio están sintiendo
sentimientos perpetuos.
Nuestra ascua al rojo vivo sería para ellos cual frescor.
Contempla en el espacio arder los ángeles.
Mientras que a nosotros,
que somos incapaces de saber de otro modo,
esto se nos prohíbe y aquello se nos da gratuitamente,
fascinados por metas, ellos andan
su región instruida.

París, finales de 1913


LOS CIELOS QUE DERROCHAN...

Los cielos que derrochan rebosantes estrellas
ostentan por encima de tus penas.
En lugar de la almohada, vierte el llanto a lo alto.
Aquí, en el que ya llora, en el último rostro, extenuándose,
comienza electrizante el espacio del mundo.
¿Quién si hacia allí te apremias detiene este torrente?
Nadie, a no ser que tú te alzaras en combate
con toda esta corriente impetuosa
de astros que se lanzan hacia ti.
Respira, aún respira lo oscuro de la tierra
y alza otra vez los ojos. Levemente y sin rostro,
desde arriba se apoya la lejanía en ti.
Ese rostro disuelto que la noche contiene
confiere al tuyo espacio.

París, abril de 1913


PUES DECIMOS QUE SOMOS...

Pues decimos que somos, que existimos,
nos perturba vivir de imágenes tan sólo
y a veces gustaríamos de hurtar con fieras garras
algo de realidad e impregnarnos de ella:
de tanteos, fragmentos, urdir una presencia.

París, agosto de 1907

POEMAS A LA NOCHE Y OTRA POESÍA PÓSTUMA Y DISPERSA,
de Rainer Maria Rilke, en edición de Juan Andrés García Román

domingo, 16 de agosto de 2009

EL lector. Bernhard Schlink

Hace unos días terminé de leer El Lector, me lo había recomendado una amiga para estos días de calurosos de playa y la sugerencia fue acertada. La novela de Bernhard Schlink transcurre de forma muy rápida en la primera parte. Michael Berg va contando su relación amorosa con Hanna, una mujer 21 años mayor que él a la que conoce por casualidad. Sus tardes de placer precedidas siempre de la lectura parecen algo natural porque Michael a pesar de sus quince años, se ha enamorado profundamente de Hanna, ella guarda algunos secretos que codicionan la relación y que más tarde conoceremos. Acaba esta primera parte con la inesperada desaparición de la protagonista y el sentimiento de culpa del joven Michael por su huida.

En la segunda parte, siete años después, Hanna se sienta en el banquillo acusada de crímenes de guerra nazis. El juicio es la circunstancia que hace que se reencuentren los protagonistas. En esta parte, bastante más lenta que la anterior, Michael sigue con el sentimiento de culpabilidad, ahora por haber amado a una criminal. Se plantean varios temas como el conflicto generacional, la culpabilidad colectiva, la obligación de intervenir para evitar errores... Estos interrogantes quedan en el aire. Además, conocemos que el analfabetismo es el gran secreto de Hanna y la vergüenza a confesarlo le hace cometer graves fallos. Termina con la condena a cadena perpetua de la protagonista.

Después del jucio, Michael comienza a enviarle paquetes postales con grabaciones de libros. Esta práctica incita a Hanna a aprender a leer y escribir, y le escribe algunas cartas que él no responde. Michael seguirá mortificándose con reproches y justifica el hecho de escribrir esta historia para librarse de ella. La novela termina con un final esperado pero emotivo, Hanna es indultada y se suicida el día antes de su liberación.

No es una gran novela pero se lee con mucha facilidad por la sencillez estilística. Al autor le interesa narrar una historia de amor y pasar de puntillas por temas más comprometidos como el holocausto.

La novela publicada en 1995 y traducida a treinta y nueve idiomas fue el primer libro de autor alemán que alcanzó el primer lugar en ventas según el New York Times, debido a este éxito se llevó al cine. La adaptación del guión la realizó el británico David Hare, y Stephen Daldry se hizo cargo de la dirección. Interpretada por el joven actor alemán David Kross y los británicos Kate Winslet y Ralph Fiennes. Fue estrenada en enero de 2009 y recibida exitosamente por la crítica y la audiencia.

jueves, 13 de agosto de 2009

Paul Auster, Premio Leteo 2009



Paul Auster ha confirmado su presencia en el acto de entrega del premio que el Club Leteo le concederá este año con motivo de sus Jornadas Culturales. El Premio Leteo es el galardón que concede un club cultural de León y que ya va por su novena edición, a un importante literato de talla internacional. El galardón lo han recibido escritores como Michel Houellebeqc, poeta y novelista, ganador de premios como el Gran Premio Nacional de Francia de Letras Jóvenes, y conocido por su novela Las partículas elementales, el escritor británico Martin Amis, Fernando Arrabal, el poeta sirio-libanés Adonis, pseudónimo de Ali Ahmad Said Asbar y Antonio Gamoneda entre otros.

Los integrantes del club literario Leteo explican que una de las razones que les llevó a galardonar a Paul Auster es que se trata de un representante de la literatura alternativa norteamericana. "De hecho, comenzó publicando en la editorial de Charles Bukowski", destaca Rafael Saravia. Además, aseguran que nunca se ha sometido a los gustos del mercado y su fidelidad a un lenguaje personal hizo que el público norteamericano le diera la espalda durante años. Leteo subraya además la calidad y el valor de su obra poética, seguidora del simbolismo, tanto que bebe de fuentes europeas como Celan, Jabès o la poesía francesa del siglo XX.

Las novenas Jornadas Culturales de este año girarán en torno a la vida y obra del estadounidense. Las actividades, entre ellas una exposición y un ciclo de cine, culminarán previsiblemente con la entrega del premio en diciembre.

Paul Auster, además, presentará en León su nueva novela, Invisible, cuando recoja el premio. Una estupenda noticia para los seguidores del admirado autor de Un hombre en la oscuridad.

Diario de León
La crónica de León

Una novela constituye el único lugar del mundo donde dos extraños pueden encontrarse en condiciones de absoluta intimidad. P Auster

martes, 11 de agosto de 2009

El expediente de Josef Kalteis. Andrea Maria Schenkel


El libro comienza con la nota final del expediente de Josef kalteis, firmada en Múnich el 29 de octubre de 1939, por la que sabemos que se le deniega el indulto y se confirma la condena a muerte. Lo sorprendente o no, es que se responsabiliza a la democracia de los crímenes que ha cometido el asesino."Era natural que dichos sucesos brotaran en el sustrato corrompido de la República de Weimar; la democracia es una úlcera cancerosa, un semillero de elementos antisociales" (pág. 7)

Josef Kalteis, ciudadano alemán, miembro del Partido Nazi, padre de dos hijos, maltratador y asesino, ha sido arrestado por las muertes de varias mujeres: Gerda, Kuni, Herta, Erna, Marlis y Kathie, ocurridas en la región de Múnich. Andrea Schenkel construye la narración intercalando diferentes elementos: la relación del condenado con su mujer Walburga, una relación carente de sentimientos, violenta, y a veces, brutal. "Un sábado, tres semanas después de la boda, me pegó por primera vez. Ya no recuerdo el motivo de la pelea, tan solo recuerdo el golpe que recibí en la nuca en cuanto le di la espalda. Vaya si me acuerdo, me acuerdo perfectamente. Y también de cómo me agarró por el cuello y apretó, con fuerza", las declaraciones del asesino al fiscal general y sus ideas perturbadas, las confesiones de sus víctimas y los sueños de la joven Kathie que va a la ciudad para mejorar su vida.

El expediente de Josef Kalteis, es una novela corta (190 págs), basada en un hecho real, bien estructurada y de lectura fácil que refleja el comportamiento violento contra la mujeres de un perturbado asesino. Recomendable en cualquier momento.

Andrea Maria Schenkel, autora alemana que obtuvo por su primera novela, Tannöd, el lugar del crimen (2006) el Deutscher Krimi Preis 2007 ha seguido ganándose el favor de los lectores y de la crítica en esta segunda novela que ya ha sido traducida a varios idiomas.

Está sentado sobre el camastro, tiene la cabeza apoyada en las manos y los ojos cerrados, ¿ o están abiertos? No lo sabe. El cuarto está bañado por la luz pálida que entra a taravés de la ventanilla enrejada, procedente del patio.
Lleva varias horas sentado, siempre en la misma postura: las manos juntas, como si estuviera rezando, el rostro medio oculto en ellas, el codo apoyado en el muslo, inmóvil. El tiempo se consume. Siente como si éste se le derramara por entre los dedos, y le resbalara por los brazos, piernas abajo, hasta llegar al suelo. Continuamente, sin cesar. Y, sin embargo, a pesar de esa lentitud, no logra recordar nada. No recuerda ni el día ni la noche, ni las horas ni los minutos... Todo se desvanece bajo aquella luz pálida, aquel gris interminable, como si él mismo se hubiera disueltoya, como si su vida ya se hubiera consumido.
Nada, no ha quedado nada, tan sólo un espacio ilimitado de nada, vacío y nada más.

El expediente de Josef Kalteis

domingo, 9 de agosto de 2009

Gabriel García Márquez. Un mago

Una biografía sobre el nobel colombiano escrita por el británico Gerald Martin será publicada por la editorial Debate en octubre. La obra es una investigación minuciosa, fruto de 17 años de trabajo.

El libro dibuja un retrato de García Márquez teniendo como hilos conductores su obra y su vida. En él están descritos los inicios en Aracataca y la relación con su abuelo, Nicolás Márquez; su infancia y juventud; los inicios como periodista entre Cartagena y Barranquilla; su descubrimiento de Europa; el regreso a América y el impacto de la revolución cubana; su consagración como escritor tras la publicación en 1967 de Cien años de soledad y el Nobel de Literatura en 1982, hasta llegar a la actualidad.

García Márquez, ganador del Nobel de Literatura en 1982 y que reside actualmente en México, publicó su última novela Memorias de mis putas tristes en 2004. Hace unos meses saltó una mala noticia "García Marquéz no volverá a escribir". Esta información fue corroborada por su biógrafo, Gerald Martin, pero desmentida por el propio escritor "Mi oficio no es publicar, sino escribir. Yo sabré cuándo estén a punto de boca los pasteles que estoy horneando". Y, varias personas cercanas al escritor aseguraron que preparaba la publicación de una novela de amor.

Deseamos que García Márquez siga escribiendo y que podamos, a través de su lenguaje evocador y preciso, revivir lo inverosímil y disfrutar de lo verídico y poético.



La idea de un Macondo peninsular prevaleció durante mucho tiempo, inspirada en el mapa arbitrario que dibujó José Arcadio Buendía al regreso de su expedición. Lo trazó con rabia, exagerando de mala fe las dificultades de comunicación, como para castígarse a sí mismo por la absoluta falta de sentido con que eligió el lugar. "Nunca llegaremos a ninguna parte", se lamentaba ante Úrsula. "Aquí nos hemos de pudrir en vida sin recibir los beneficios de la ciencia." Esa certidumbre, rumiada varios meses en el cuartito del laboratorio, lo llevó a concebir el proyecto de trasladar a Macondo a un lugar más propicio. Pero esta vez, Ursula se anticipó a sus designios febriles. En una secreta e implacable labor de hormiguita predispuso a las mujeres de la aldea contra la veleidad de sus hombres, que ya empezaban a prepararse para la mudanza. José Arcadio Buendía no supo en qué momento, ni en virtud de qué fuerzas adversas, sus planes se fueron enredando en una maraña de pretextos, contratiempos y evasivas, hasta convertirse en pura y simple ilusión. Úrsula lo observó con una atención inocente, y hasta sintió por él un poco de piedad, la mañana en que lo encontró en el cuartito del fondo comentando entre dientes sus sueños de mudanza, mientras colocaba en sus cajas originales las piezas del laboratorio. Lo dejó terminar. Lo dejó clavar las cajas y poner sus iniciales encima con un hisopo entintado, sin hacerle ningún reproche, pero sabiendo ya que él sabía, porque se lo oyó decir en sus sordos monólogos, que los hombres del pueblo no lo secundarían en su empresa. Sólo cuando empezó a desmontar la puerta del cuartito, Ursula se atrevió a preguntarle por qué lo hacía, y él le contestó con una cierta amargura: "Puesto que nadie quiere irse, nos iremos solos." Úrsula no se alteró.

-No nos iremos -dijo-. Aquí nos quedamos, porque aquí hemos tenido un hijo.

-Todavía no tenemos un muerto -dijo él-. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra.

Úrsula replicó, con una suave firmeza:

-Si es necesario que yo me muera para que se queden aquí, me muero.

Cien años de soledad

domingo, 2 de agosto de 2009

Recordando a Luis Cernuda




Si el hombre pudiera decir lo que ama

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derrumban,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando solo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad del amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


Los placeres prohibidos (1931)






Quisiera estar solo en el sur

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,
y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
hacia el mar encamina sus deseos amargos
abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.



La intensidad lírica de Cernuda queda de manifiesto en estos sentidos versos que nos transmiten verdades, necesidades y anhelos.


Cubrí con flores
Aquella caligrafía
De trazos rectos.

Unas gotas de luna
Cayeron en mi mano,
Los vientos húmedos
Acercaron el perfil del silencio
Hasta mi rostro.
El espacio vacío
Se llenó con los sueños,
La ausencia
Vagó en la quietud
Del amanecer,
Y encontré indicios
En la voz del aire.

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