miércoles, 27 de agosto de 2008

Nada grave. Ángel González


Una de las lecturas de mis vacaciones ha sido el libro póstumo del excelente "poeta del compromiso". La editorial Visor publicó hace tres meses en la colección "Palabra de Honor", 27 poemas breves donde Ángel González nos muestra la tristeza de su última etapa y su profundo pesimismo.
Esta desolación que rezuma el poemario no es nueva en la obra de Ángel G. pero en estos versos últimos se hace aún más patente. La dedicatoria del libro ya muestra el tono del poemario.


Sin ti la poesía
ya no me dice nada,
y nada tengo que decirle a ella.
La única palabra
que entiendo y que pronuncio
es ésta
que con todo mi amor hoy te dedico:
nada.

En Una sombra, poema sobresaliente de este libro, se autodefine como "una sombra grande, oscura, negra". En Hoy nos habla de su cansacio de vivir "no tengo fuerzas". Nos comunica su melancolía en Algunas tardes: "una tristeza insólita me invade algunas tardes". En Leo poemas dice:"Siento en el alma como una caricia cuando me encuentro un verso triste". El libro se cierra con el poema Caída
Y me vuelvo a caer desde mí mismo
al vacío,
a la nada.
¡Qué pirueta!
¿Desciendo o vuelo?
No lo sé.
Recibo el golpe de rigor, y me incorporo.
Me toco para ver si hubo gran daño,
mas no me encuentro.
Mi cuerpo ¿dónde está?
Me duele sólo el alma.
Nada grave.

domingo, 24 de agosto de 2008

After dark アフターダーク. La nueva novela de Haruki Murakami


Haruki Murakami vuelve a ser noticia porque Tusquets publicará en octubre After dark (2004). Hoy, hemos podido leer en castellano las primeras páginas. La novela comienza en Denny's, un bar en la zona de ocio de una gran ciudad (Tokio), allí una cámara nos enfoca a Mary, joven universitaria que está leyendo un libro, la música que suena es Go away Litte Girl de Percy Fait y su orquesta, un hombre joven, alto y desgarbado entra en el local, se sienta a su lado e inician una conversación.


Perfil de una gran ciudad.

Captamos esta imagen desde las alturas, a través de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto.
En el amplio panorama, la ciudad parece un gigantesco ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpúsculos entrelazados. Innumerables vasos sanguíneos se extienden hasta el último rincón de ese cuerpo imposible de definir, transportan la sangre, renuevan sin descanso las células. Envían información nueva y retiran información vieja. Envían consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envían contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazón parpadea todo el cuerpo, se inflama de fiebre, bulle. La medianoche se acerca y, una vez superado el momento de máxima actividad, el metabolismo basal sigue, sin flaquear, a fin de mantener el cuerpo con vida. Suyo es el zumbido que emite la ciudad en un bajo sostenido. Un zumbido sin vicisitudes, monótono, aunque lleno de presentimientos.
Nuestra mirada escoge una zona donde se concentra la luz, enfoca aquel punto. Empezamos a descender despacio hacia allí. Un mar de luces de neón de distintos colores. Es lo que llaman un barrio de ocio. Las enormes pantallas digitales instaladas en las paredes de los edificios han enmudecido al aproximarse la medianoche, pero los altavoces de las entradas de los locales siguen vomitando sin arredrarse música hip-hop en tonos exageradamente graves. Grandes salones recreativos atestados de jóvenes. Estridentes sonidos electrónicos. Grupos de universitarios que vuelven de una fiesta. Adolescentes con el pelo teñido de rubio y piernas robustas asomando por debajo de la minifalda. Oficinistas trajeados que cruzan corriendo la encrucijada a fin de no perder el último tren. Aun ahora, los reclamos de los karaokes siguen invitando alegremente a entrar. Un coche modelo Wagon de color negro y decorado de forma llamativa recorre despacio las calles como si hiciera inventario. Lleva una película negra adherida a los cristales. Parece una criatura, con órganos y piel especiales, que habita en las profundidades del océano. Una pareja de policías jóvenes hace la ronda por la misma calle con expresión tensa, pero casi nadie repara en ellos. A aquellas horas el barrio funciona según sus propias reglas. Estamos a finales de otoño. No sopla el viento, pero el aire es frío. Dentro de muy poco comenzará un nuevo
día.

viernes, 22 de agosto de 2008

¡Callarnos,no!


De nuevo la violencia machista salta a las páginas de los periódicos. Un escalofrío vuelve a recorrer mi cuerpo cuando leo que otra mujer más ha sido asesinada, y desfilan por mi mente las muertes inútiles de muchas madres que han sido sometidas a las barbaridades de sus parejas durante largos y penosos días, y al final, sus verdugos han acabado con ellas.

La falta de respeto a la vida humana que flota en la atmósfera de la sociedad occidental hace que miremos hacia otro lado cuando se producen acciones violentas. Nos estamos acostumbrando a convivir con unas situaciones que deberíamos rechazar y denunciar.

¿Qué podemos hacer? No lo sé, pero desde luego ¡callarnos, no!

lunes, 4 de agosto de 2008

Violencia hacia las mujeres


El año en que se celebra el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos leemos a diario noticias relacionadas con este grave problema que hace encogerse el alma.

Un total de 34 mujeres han muerto en España a causa de la violencia machista desde primeros de año. Este gravísimo problema social, expresión de la infravaloración de las mujeres en la sociedad y del fracaso de las medidas para erradicarlo, hace que reflexionemos sobre la tarea personal que nos corresponde.

En julio, Amnistía Internacional denunciaba que en España la Ley Integral contra la Violencia de Género, en su tercer aniversario, no se cumple. " Pese a los avances realizados, la Ley Integral ha tenido poco impacto en aspectos fundamentales del recorrido que deben realizar las mujeres que sobreviven a la violencia de género, como la atención sanitaria de calidad, el acceso a recursos de atención integral, a la sistencia letrada o a la consolidación del principio de la no discriminación", señala Virginia Álvarez, reponsable de política interior de AI.

En agosto, otro informe de esta ONG pone los pelos de punta. En México, miles de mujeres que sobreviven a la violencia en sus hogares corren el peligro de sufrir nuevos abusos a manos de un sistema de justicia que, a menudo, no se toma en serio su seguridad.

Hace 18 meses, México aprobó una nueva ley para proteger a las mujeres frente a la violencia. Pero las leyes son insuficientes, son necesarias medidas concretas para garantizar que la ley se cumpla.

La violencia contra las mujeres en el ámbito familiar en México y en muchos más países, es algo cotidiano desde hace mucho tiempo. Según un estudio, una de cada cuatro mujeres ha sufrido abusos a manos de su pareja, y el 82% opta por no denunciarlo, las que lo hacen suelen ser tratadas con indiferencia, y encuentran obstáculos como la negativa de los funcionarios a aceptar las denuncias.



Cubrí con flores
Aquella caligrafía
De trazos rectos.

Unas gotas de luna
Cayeron en mi mano,
Los vientos húmedos
Acercaron el perfil del silencio
Hasta mi rostro.
El espacio vacío
Se llenó con los sueños,
La ausencia
Vagó en la quietud
Del amanecer,
Y encontré indicios
En la voz del aire.

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