La indignación del 15 de octubre
Manifiesto del 15 de octubre
Hoy, personas de todo el mundo tomamos las calles y plazas. Desde América hasta Asia, desde África hasta Europa, los pueblos nos estamos levantando para reclamar nuestros derechos y pedir una auténtica soberanía. Ahora llegó el momento de unir nuestras fuerzas en un alzamiento pacífico a escala global, sin colores políticos, sin símbolos, sin banderas, un alzamiento conjunto de todos los pueblos.
Los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría, sin importarles los costes humanos y ecológicos que tengamos que pagar. Hay que poner fin a esta intolerable situación y unidas y unidos en una sola voz, hacer saber a los políticos y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, las gentes, quienes van a decidir nuestro futuro.
En unidad seremos capaces de alcanzar la soberanía que los intereses de los capitales nos intentan arrebatar, juntos conseguiremos la soberanía global que como seres humanos nos pertenece de forma natural.
Exigimos, por tanto, a todos los poderes políticos, militares y jurídicos que se pongan al servicio del pueblo, demostrando un ejercicio de verdadera democracia, para habilitar los mecanismos, cambios y reformas necesarias para garantizarnos una soberanía global que contemple los siguientes puntos:
Soberanía alimentaria para todos los pueblos y personas del planeta, garantizando el derecho de los pueblos y de las comunidades a definir sus políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas.
Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a la producción de alimentos, que todos los pueblos tengan acceso a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, a una capacidad para mantenerse a si mismos y a sus sociedades garantizando el libre acceso al agua, la tierra, las semillas naturales y la biodiversidad.
Soberanía social que defienda al individuo en igualdad con el resto de su comunidad, así como con las demás comunidades del plantea, garantizando sus derechos y deberes, el cumplimiento de la declaración universal de los derechos humanos, el derecho a vivir en paz y en libertad, dignidad e igualdad dentro y fuera de su territorio, independientemente de su sexo, raza, condición social o económica, ideología, religión, orientación sexual o cualquier otro tipo de pensamiento o diferencia con el resto de los individuos de su comunidad, dentro de un marco de respeto mutuo por los derechos y deberes de todos y todas.
Soberanía cultural que respete y proteja las identidades de los pueblos originarios y las minorías dentro de un mundo global y multicultural. Que garantice el libre acceso al conocimiento y a la información de forma transparente y eficaz, el libre acceso a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías, la libertad de pensamiento y de expresión, la libertad de creencias y prácticas religiosas, separando completamente a estas de un estado y unos poderes públicos que han de ser verdaderamente laicos. La libertad de ideología y la libertad cultural. Soberanía cultural que garantice el acceso a una ecuación libre, de calidad y gratuita a todos los niveles de formación para todas las personas del planeta.
Soberanía política que garantice una democracia real, directa y participativa, la libertad y el derecho a participación de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas que afectan a su presente y futuro a través de sistemas seguros de voto electrónico y referéndum. La transparencia absoluta de la administración y los poderes públicos y el libre acceso a toda la documentación generada por estos.
Que proteja la soberanía política de las comunidades y pueblos con identidad propia, así como su reconocimiento dentro de las estructuras y jerarquías políticas estatales e internacionales como pueblo soberano dentro de su marco territorial.
Soberanía económica, energética y mercantil, garantizando unos servicios bancarios y financieros que protejan los créditos hipotecarios. Un estricto control de las finanzas y las transacciones internacionales, persiguiendo y luchando activamente contra la especulación. Un correcto reparto de las riquezas y un equilibrio solidario de los impuestos. La eliminación de los paraísos fiscales y de los privilegios de los grandes capitales. El control de los mercados y de los movimientos de mercancías, protegiendo el comercio local y de proximidad, garantizando un comercio justo basado en valores éticos y medioambientalmente sostenibles. Medidas y leyes que garanticen la soberanía energética de los pueblos, aprovechando los recursos de los que disponga su territorio en beneficio de todo su pueblo soberano. Una soberanía que garantice al individuo la libertad de autoproducción de energía para el autoconsumo a través de los medios a su alcance, respetando los valores de la sostenibilidad y minimización del impacto ambiental.
Por tanto, nos unimos en una sola voz en todo el mundo, exigimos una soberanía global para todos los pueblos y comunidades del planeta en favor del bien y los intereses comunes, la igualdad, la equidad y una verdadera sostenibilidad que garantice la vida digna a las futuras generaciones.
Exigimos el inmediato abandono del sistema neoliberalista que nos está llevando a la mercantilización del ser humano, y por tanto, hacia una autodestrucción global. Exigimos la adopción de un sistema político, social y económico que defienda esta soberanía global y garantice nuestro presente y nuestro futuro primando los intereses comunes, el pleno empleo, los servicios sociales, la educación y la sanidad por encima de cualquier tipo de interés privado o privativo de cualquier persona o entidad, pública o privada.
Siguiendo la senda del camino de cooperación y hermandad que hoy nos trajo hasta aquí, seguiremos trabajando y luchando de forma pacífica por nuestros derechos naturales hasta que nuestras exigencias sean escuchadas y atendidas, hasta conseguir el cambio necesario.
¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan!
Soberanía alimentaria para todos los pueblos y personas del planeta, garantizando el derecho de los pueblos y de las comunidades a definir sus políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas.
Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a la producción de alimentos, que todos los pueblos tengan acceso a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, a una capacidad para mantenerse a si mismos y a sus sociedades garantizando el libre acceso al agua, la tierra, las semillas naturales y la biodiversidad.
Soberanía social que defienda al individuo en igualdad con el resto de su comunidad, así como con las demás comunidades del plantea, garantizando sus derechos y deberes, el cumplimiento de la declaración universal de los derechos humanos, el derecho a vivir en paz y en libertad, dignidad e igualdad dentro y fuera de su territorio, independientemente de su sexo, raza, condición social o económica, ideología, religión, orientación sexual o cualquier otro tipo de pensamiento o diferencia con el resto de los individuos de su comunidad, dentro de un marco de respeto mutuo por los derechos y deberes de todos y todas.
Soberanía cultural que respete y proteja las identidades de los pueblos originarios y las minorías dentro de un mundo global y multicultural. Que garantice el libre acceso al conocimiento y a la información de forma transparente y eficaz, el libre acceso a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías, la libertad de pensamiento y de expresión, la libertad de creencias y prácticas religiosas, separando completamente a estas de un estado y unos poderes públicos que han de ser verdaderamente laicos. La libertad de ideología y la libertad cultural. Soberanía cultural que garantice el acceso a una ecuación libre, de calidad y gratuita a todos los niveles de formación para todas las personas del planeta.
Soberanía política que garantice una democracia real, directa y participativa, la libertad y el derecho a participación de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas que afectan a su presente y futuro a través de sistemas seguros de voto electrónico y referéndum. La transparencia absoluta de la administración y los poderes públicos y el libre acceso a toda la documentación generada por estos.
Que proteja la soberanía política de las comunidades y pueblos con identidad propia, así como su reconocimiento dentro de las estructuras y jerarquías políticas estatales e internacionales como pueblo soberano dentro de su marco territorial.
Soberanía económica, energética y mercantil, garantizando unos servicios bancarios y financieros que protejan los créditos hipotecarios. Un estricto control de las finanzas y las transacciones internacionales, persiguiendo y luchando activamente contra la especulación. Un correcto reparto de las riquezas y un equilibrio solidario de los impuestos. La eliminación de los paraísos fiscales y de los privilegios de los grandes capitales. El control de los mercados y de los movimientos de mercancías, protegiendo el comercio local y de proximidad, garantizando un comercio justo basado en valores éticos y medioambientalmente sostenibles. Medidas y leyes que garanticen la soberanía energética de los pueblos, aprovechando los recursos de los que disponga su territorio en beneficio de todo su pueblo soberano. Una soberanía que garantice al individuo la libertad de autoproducción de energía para el autoconsumo a través de los medios a su alcance, respetando los valores de la sostenibilidad y minimización del impacto ambiental.
Por tanto, nos unimos en una sola voz en todo el mundo, exigimos una soberanía global para todos los pueblos y comunidades del planeta en favor del bien y los intereses comunes, la igualdad, la equidad y una verdadera sostenibilidad que garantice la vida digna a las futuras generaciones.
Exigimos el inmediato abandono del sistema neoliberalista que nos está llevando a la mercantilización del ser humano, y por tanto, hacia una autodestrucción global. Exigimos la adopción de un sistema político, social y económico que defienda esta soberanía global y garantice nuestro presente y nuestro futuro primando los intereses comunes, el pleno empleo, los servicios sociales, la educación y la sanidad por encima de cualquier tipo de interés privado o privativo de cualquier persona o entidad, pública o privada.
Siguiendo la senda del camino de cooperación y hermandad que hoy nos trajo hasta aquí, seguiremos trabajando y luchando de forma pacífica por nuestros derechos naturales hasta que nuestras exigencias sean escuchadas y atendidas, hasta conseguir el cambio necesario.
¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan!
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