sábado, 24 de marzo de 2012

IDUS DE MARZO. Constatino P. Kavafis


IDUS DE MARZO
(1911)
Teme, alma mía, la grandeza.
Y si no puedes vencer tus ambiciones,
con cautela y precaución secúndalas.
Cuanto más adelante vayas,
estate más atenta y avisada.


Y cuando llegado hayas a tu cénit, un César ya,
cuando de un hombre afamado tengas porte,
entonces, en especial cuando salgas a la calle,
ilustre señor con tu cortejo,
si por ventura de entre la gente se te acerca
algún Artemidoro con un escrito en la mano
y aprisa dice: "Lee esto de inmediato,
es un asunto de importancia que te atañe",
no dejes de detenerte. No dejes de aplazar
cualquier charla o trabajo. No dejes de alejarte
de cuantos por saludarte se arrodillan
(más tarde los verás); que aguarde incluso
el mismísimo Senado y conoce al punto
el grave escrito de Artemidoro.




LA CIUDAD
Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes no
hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.

Constatino P. Kavafis 


Constatino P. Kavafis (Alejandría, 1863-1933). Una de las figuras literarias más importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna. Es un poeta especial e inconfundible, tiene una voz propia y una temática que hace que cuando se le ha leído una vez resulte para siempre inolvidable. 

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Cubrí con flores
Aquella caligrafía
De trazos rectos.

Unas gotas de luna
Cayeron en mi mano,
Los vientos húmedos
Acercaron el perfil del silencio
Hasta mi rostro.
El espacio vacío
Se llenó con los sueños,
La ausencia
Vagó en la quietud
Del amanecer,
Y encontré indicios
En la voz del aire.

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