Recordando a Federico García Lorca
El nombre de Federico García Lorca está desde hace unas semanas en toda la prensa nacional no por la excelencia de su poesía o el valor literario de su teatro, sino debido a la decisión del juez Garzón de exhumar 19 fosas de personas asesinadas durante la Guerra Civil, entre ellas la del poeta granadino.
Lorca fue asesinado y enterrado en Víznar (Granada), en el amanecer de una madrugada de espanto y de llanto: la del 18 de agosto de 1936. «Lorca eran todos», reza una lápida al pie de la tumba cerca de la fuente de las lágrimas. Sobre aquella tierra también fue derramada la sangre del maestro de Pulianas Dióscoro Galindo González y la de los banderilleros Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas.
La decisión de Garzón no la comparten los Lorca, y sí las familias del maestro y los banderilleros.
Los familiares del poeta no se oponen a que se abra la tumba pero piden que se haga con mucho respeto, de manera privada y en la intimidad para que este hecho no se convierta en un espectáculo. Piensan que sus restos deben permanecer en el barranco de Víznar. "Murió así, lo mataron de esa manera y es importante que siga ahí. Remover una fosa causa muchas inquietudes. En nuestro caso, el hecho de que se proceda a ello no cierra nuestras heridas" declaraba su sobrina Laura García Lorca.
Como homenaje a uno de mis poetas preferidos os dejo los delicados versos de este poema:
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
Federico García Lorca
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